jueves, 29 de enero de 2015

Recorrido de Phileas Fogg a la vuelta al mundo


 Recorrido de Phileas Fogg a la vuelta al mundo

Actividades 6, 7, 8 y 9

Actividad 6

Buscad en los cuentos que ya habéis leído ejemplos de estos diferentes modos de narrar las palabras de los personajes
a) Un joven jardinero persa le dijó a su príncipe:
—¡Sálvame! Encontré a la muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche quisiera estar en Ispahan.
 


b) -Hombre desatinado -le dijo-, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín. Y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol, una higuera, y bajo la higuera un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has errado de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján. Toma estas monedas y vete.

c)  -No, no tengo miedo. 
-¿Y si levantaras a alguien que te atraca? 
-No tengo miedo. 
-¿Y si te matan? 
-No tengo miedo.(la muerte)



d)  —No fue un gesto de amenaza — le respondí — sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispaham esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.

Actividad 7

Buscad en los cuentos que ya habéis leído ejemplos de estos diferentes modos de narrar las palabras de los personajes
Busca en el fragmento siguiente de Alicia en el País de las Maravillas los verbos que sirvan para introducir las palabras de los personajes. Observa si van acompañados de algún adverbio:

La mesa estaba puesta delante de la casa, bajo de un árbol, y la Liebre de Marzo y el Sombrerero estaban tomando el té. Entre ellos había un Lirón, profundamente dormido, sobre el cual apoyaban los codos, a modo de cojín, y hablaban por encima de su cabeza. «Muy incómodo para el Lirón» –pensó Alicia– claro que, como está dormido, probablemente ni se entera.»
Aunque la mesa era grande, los tres se apretujaban en uno de los extremos.
―¡No hay sitio! ¡No hay sitio! —, gritaron al ver llegar a Alicia.
―¡Hay sitio de sobra! — dijo indignada Alicia, y se sentó en un gran sillón, en un extremo de la mesa.
—Sírvete algo de vino —ofreció la Liebre de Marzo.
Alicia miró por toda la mesa, pero allí sólo había té.
—No veo ningún vino —dijo. 
—No lo hay —admitió la Liebre de Marzo. 
—Pues entonces, tal ofrecimiento es una descortesía de su parte —dijo indignada Alicia.
—También lo es de tu parte sentarte sin ser invitada —replicó la Liebre de Marzo.
—No sabía que la mesa era de su propiedad —respondió Alicia—: está servida para más de tres personas.
—Tú necesitas un buen corte de pelo —indicó el Sombrerero. Había estado examinando a Alicia con mucha curiosidad, y ésta fue su primera intervención.
—Y usted debería aprender a no hacer comentarios personales —dijo Alicia con severidad—: resulta muy grosero.
El Sombrerero, al oír esto, abrió de par en par los ojos, pero se limitó a preguntar:
—¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?

Actividad 8 

El otro yo
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le (formar) formaban rodilleras, (leer) leía historietas, (hacer) hacía ruido cuando comía, (meterse) se metía los dedos a la nariz, (roncar) roncaba en la siesta, (llamarse) Se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: (tener) tenía Otro Yo.
El Otro Yo (usar) usaba cierta poesía en la mirada, (enamorarse) se enamoraba de las actrices, (mentir) mentía cautelosamente, (emocionarse) se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le (preocupar) preocupaba mucho su Otro Yo y le (hacer) hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no (poder) podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando (llegar) llegó cansado del trabajo, (quitarse) se quitó los zapatos, (mover) movió lentamente los dedos de los pies y (encender) encendió la radio. En la radio (estar) estaba Mozart, pero el muchacho (dormirse) se durmió. Cuando (despertar) despertó, el Otro Yo (llorar) lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después (rehacerse) se rehizo e (insultar) insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no (decir) decía nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida (pensar) pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo (reconfortar) reconfortaba.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando (salir) salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos (ver) vio que (acercarse) se acercaban sus amigos. Eso le (llenar) llenó de felicidad e inmediatamente (estallar) estalló en risotadas . Sin embargo, cuando (pasar) pasaron junto a él, ellos no (notar) notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho (alcanzar) alcanzó a escuchar que (comentar) comentaban: «Pobre Armando.Y pensar que (parecer) parecía tan fuerte y saludable».
El muchacho no (tener) tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que (parecerse) se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.
Tomado de: Mario Benedetti, La muerte y otras sorpresas, Décimosexta edición, Siglo Ventiuno Editores, México, 1981.


La huida
Manuel Vicent

En un Porsche blanco, el muchacho (recoger) recogió a una chica en auto-stop a la salida de la ciudad en dirección al Sur. Ella no (llevar) llevaba equipaje y (ser) era muy pálida, dotada de una belleza desesperada. Él ni siquiera le (preguntar) preguntó el nombre. La (invitar) invitó a que se sentara a su lado y sólo (querer) quiso dejarla admirada con la velocidad. Durante la primera parte del viaje ninguno de los dos (hablar) habló. El Porsche (rugir) rugió de forma diabólica, la chica (sonreír) sonrió y el joven (mantener) mantuvo la mandíbula totalmente crispada. Mientras el Porsche (volar) volaba por la pista, aquella mujer casi transparente, rompiendo de repente el silencio, (comenzar) comenzó a contar esta historia al conductor.
En cierta ocasión, uno de los criados del emperador de Persia (ver) vió a la muerte en el jardín y, preso de pánico, (dirigirse) se dirigió a su amo con una humilde súplica:
- Señor, préstame tu caballo más veloz. Acabo de encontrarme con la muerte y me ha hecho un gesto de amenaza. Quiero huir a Ispahán.
El emperador le (regalar) regalo un caballo y el criado (emprender) emprendio una furiosa cabalgada sobre el blanco corcel a Ispahán, del mismo modo que ahora este Porsche a 250 por hora camino del mediodía. Poco después (ser) es el propio emperador quien (tropezarse) se tropezó  con la muerte en el jardín de palacio y, enfrentado a ella con orgullo le (preguntar) preguntó:
- ¿Por qué has hecho un gesto de amenaza a mi criado preferido?
- No ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro al verlo aquí, puesto que yo estaba citada con él esta noche en Ispahán.
Al terminar el relato, la chica (enmudecer) enmudeció sin dejar de sonreír y esto (enardecer) anardeció al muchacho, el cual (apretar) apretaba más el acelerador en busca de su amante en la mar. El Mediterráneo (estar) estaba allí enfrente y ya había convertido el parabrisas en un espejo azul en donde (reflejarse) se reflejaba el rostro de una muchacha similar al de la mujer pálida que (llevar) llevaba junto a él. Entonces (producirse) se produjo el accidente mortal. Pero las crónicas únicamente (hablar) hablaban de un joven que se había matado cuando (viajar) viajaba  solo en un Porsche blanco.
Fue como una aparición.
Ella (estar) estaba sentada, en medio del banco, sola [...] Al pasar él, ella (levantar) levantó la cabeza; él (encoger) encogió involuntariamente los hombros y, cuando (alejarse) se alejó, se volvió para mirarla. (Llevar) llevaba un gran sombrero de paja, con cintas rosa que (agitarse) se agitaban al viento tras ella. Sus negros cabellos, partidos en dos sobre la frente, (rodear) rodeaban la punta de sus grandes cejas y (descender) descendían ciñendo amorosamente el óvalo de su rostro. Su vestido de muselina clara, salpicada de lunares, se (desparramarse) desparramaba en numerosos pliegues. (Estar) estaba bordando algo; y su recta nariz, su mentón, toda su persona (recortarse) se recortó en el aire azul de fondo. (Gustave Flaubert, La educación sentimental)

Una vez (estar) estaban tres hipopótamos en el río, muy aburridos. En esto (venir) vino un hombre y (querer) quiso hacer una foto a las hipopótamos. Los tres le (ver) habían visto porque tenía la máquina de fotos ante los ojos. El hombre (hacer) hizo la fotografía..., pero allí no se vio ni un hipopótamo. (Sumergirse) Se habían sumergido, y el hombre solo (fotografiar) había fotografiado el agua. El hombre (ponerse) se puso a esperar. Por fin, los hipopótamos (salir) salieron de nuevo, aunque todavía (estar) estaban bastante metidos en el río. El hombre (echar) echó a correr hacia ellos. Los hipopótamos, sumergidos en el agua, abanicándose con las orejas, vieron cómo (correr) corría el hombre. Este (volver) volvió a hacer la fotografía..., pero no se volvió a ver ningún hipopótamo. El hombre (volver) había vuelto a fotografiar el agua. Entonces (sentarse) se sentó en una piedra y (ponerse) se puso a esperar. Por fin, volvieron a salir los hipopótamos. Y esta vez (salir) salieron mucho. El hombre inmediatamente (salir) salió corriendo. Los hipopótamos (volver) volvieron a sumergirse y, guiñando los ojos, vieron cómo el hombre (sudar) sudaba la gota gorda. Entonces el hombre volvió a hacer la fotografía..., pero no se volvió a ver ningún hipopótamo. Solo (fotografiar) había fotografiado el agua. Y así una vez y otra vez. Los hipopótamos dejaron que el hombre corriese y corriese, y así es que cuando (llegar) llegó la tarde él (fotografiar) había fotografiado veinte veces el agua. Y los hipopótamos se pusieron muy contentos, porque (pasar) habían pasado el dia entero sin aburrirse.
Úrsula Wölfel, Veintiocho historias de risa.

Una mujer tenía la intención de escribir un gran libro. Se compró (Comprarse) un montón de papel, cincuenta lápices nuevos y un buen sacapuntas. A partir de hoy su marido y sus hijos solo hablarían bajo y andarían de puntillas, pues la mujer (querer) quería empezar enseguida a escribir el libro.
(Preparar) Preparó el papel y (afilar) afiló el lápiz. Mientras tanto (pensar) pensaba en la primera frase.
(Afilar) Afiló otro lápiz y siguió pensando la primera frase.
La mujer afiló hasta el final los cincuenta lápices y otros siete mil quinientos doce. No (tardar) tardó ni tres semanas. Todavía no (escribir) había escrito la primera frase, pero ya (ser) era  campeona del mundo en afilar lápices. (Salir) Salió en el periódico.
Úrsula Wölfel, Veintinueve historias disparatadas.

La historia del señor que siempre estaba pensando en otra cosa

Cierta vez un señor (querer) quería lavar la ropa, guisar patatas y limpiar la cocina. Pero como (estar) estaba pensando en otra cosa, (poner) puso el cubo con la fregona en el fogón y (echar) echó las patatas en la lavadora y (verter) vertió el jabón en polvo en el suelo. Luego, en seguida, se dio cuenta de que lo (hacer) había hecho todo al revés. Inmediatamente (quitar) quitó el cubo del fogón y las patatas de la lavadora y (barrer) barrió el jabón en polvo. Entonces (querer) quiso volver a hacerlo todo bien. ¡Pero (volver) volvió a pensar en otra cosa! (Poner) Puso la fregona en la lavadora, (echar) echó el detergente en la cacerola, y las patatas en el cubo de fregar. Cuando (empezar) empezó a limpiar, se le (caer) cayeron rodando las patatas y, cuando (estar) estaba recogiéndalas, se dio cuenta de que el agua con el detergente (empezar) había empezado a hervir de tal modo en la cacerola, que toda la cocina se (estar) estaba llenado de espuma jabonosa.
La señora (echarse) se echó a reír y (gritar) gritó: "¡Ahora, por lo menos, la cocina estará limpia!"
Y entonces (hacer) hizo todo a derechas.

Úrsula Wölfel, Veintiocho historias de risa. (Texto adaptado.)

Actividad 9


HABALABA Y HABLABA, de Max Aub

Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y (hablar) hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada no (hacer) hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y (empezar) empezaba a hablar.(Hablar) Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le (dar) daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le (meter) metí la toalla en la boca para que se callara. No (morir) murió de eso, sino de no hablar: se le (reventar) reventaron las palabras por dentro.


YA NO QUIERO A MI HERMANO, de Fernando Iwasaki

«CARLITOS ESTÁ AQUÍ», dijo la médium con su voz de drácula, y de pronto (transformarse) se transformó y puso cara de buena. Entonces mamá le (hacer) hizo muchas preguntas y el espíritu respondía a través de la señora. Seguro que era Carlitos porque sabía dónde estaba el robot y cuántas monedas (haber) había en su alcancía, dijo cuál (ser) era su postre favorito y también los nombres de sus amigos.
Cuando la médium nos miró haciendo las muecas de Carlitos papá (empezar) empezó a llorar y mamá le pidió por favor, por favor que no se fuera. Las luces (apagarse) se apagaban y encendían, los cuadros (carse) se caían de las paredes y los vasos (temblar) temblaban sobre la mesa. Me acuerdo que la señora (desmayarse) se desmayó y que una luz (atravesar) atravesó a mamá como en las películas. «Carlitos está aquí», dijo con cara de felicidad.
Desde entonces hemos vuelto a compartir el cuarto y los juguetes, el ordenador y la Play-Station, pero la bicicleta no. Mamá quiere que sea bueno con Carlitos aunque me dé miedo. No me gusta su voz de drácula. Y además huele a vieja.


EL MONSTRUO DE LA LAGUNA VERDE, de Fernando Iwasaki

COMENZÓ CON UN grano. Me lo reventé, pero al otro día (tener) tenía tres. Como no soporto los granos me los (reventar) reventé también, pero al día siguiente ya eran diez. Y así continué mi labor de autodestrucción. En una semana mi cara (ser) era una cordillera de granos, minúsculos volcanes en podrida erupción. Los granos de los párpados no me (dejar) dejaban ver y los que tenía dentro de la nariz me (doler) dolían al respirar. Pero seguí reventándolos con minuciosa obsesión. No me di cuenta de que me habían saltado a los dedos y a las palmas de las manos hasta que (sentir) sentí ese dolor penetrante en las yemas. La infección se había esparcido por todo mi cuerpo y los granos crecían como hongos por mi espalda, las ingles y mi pubis. Si cerraba los brazos (reventarse) se reventaban los granos de mis axilas. Un día no pude más. Me (mirar) miré al espejo por última vez y (dejar) dejé sobre la mesa del comedor mi carné de identidad. Después me (perder) perdí en la laguna. 

Actividad 4. Cuentos fantasticos.

Un joven jardinero persa me dijo:
—¡Sálvame! Encontré a la muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche quisiera estar en Ispahan.
Yo le presté mis caballos. Por la tarde, me encontré a la Muerte y le pregunté:
—Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
—No fue un gesto de amenaza — le responde — sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.
He tenido que cambiar los pronombres de 3º persona a 1º persona.

Relatos de viaje

ACTIVIDADES DE COMPRESIÓN LECTORA

1.¿Dónde vive Phileas Fogg?
En Londres
2.¿Pasó desapercibida la noticia de la apuesta?
No, se enteró todo el mundo
3.¿Fueron más los partidarios o los detractores de la empresa?
Fueron más detractores
4.¿En qué consistía la apuesta?
En que debía dar la vuelta al mundo en 80 días y llegar a Londres
5.¿Cuáles eran los medios de transporte disponibles en la época?
Barcos de vapor y trenes
6.¿Cómo describían los periódicos al Señor Fogg?
Como maniático y loco
7.¿Cuál crees que es la la razón por la que el autor escribe que las mujeres "se decidieron por él a raíz de la publicación de un retrato suyo en el Ilustated London News"?
Porque era muy atractivo
8.¿Qué obstáculos encontraría el protagonista según el artículo del 7 de octubre publicado en el "Boletín de la Sociedad de Geografía"?
Los contratiempos de máquinas, los descarrilamientos, los choques, los temporales, la acumulación de nieves

ACTIVIDAD 2 LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS

PRESENTACIÓN DE LA AVENTURA

-¿Quién es Phileas Fogg? Un rico inglés frecuentador de clubes
-¿Quién era su compañero de viaje? Su mayordomo
-¿Por qué emprendió la aventura? Por una apuesta que hizo
-¿Por qué los persiguen a lo largo de la novela? Porque creen que habían robado el banco de Inglaterra porque llevaban mucho dinero encima. para el viaje.

LAS ETAPAS DEL VIAJE

-¿Qué medios de transporte utilizó? Barcos de vapor y trenes
-¿En qué dirección viajaba? Hacia el este
-¿Qué continentes visitó? Europa, África, Asia y América
-¿Cuál fue el itinerario que siguieron? Fue desde Europa hasta África, desde África a Asia, desde Asia hasta América y desde América hasta Europa (Londres, punto de partida)
-¿Qué dificultades crees que se encontró en su camino? Se quedó sin combustible, un tren descarriló, el globo estuvo a punto de caer antes de llegar...
-¿Qué crees que le llamó más la atención de los lugares que visitó? Las diferencias entre los relieves de los continentes

LLEGADA AL DESTINO

11. -¿Cuál era su destino? Dar la vuelta al mundo pasando por Europa, África, Asia y América y volver a Londres
12. -¿Sabes qué significa periplo? Viaje largo por diferentes países
13. -¿Cuál crees que fue la mayor satisfacción de su viaje? Puedes leerlo en el último capítulo de la novela: Descubrir al final que no había perdido la apuesta sino que había llegado un día antes por las diferencias horarias

Las etapas de su viaje

2. Observa el  mapa con el trazado de la ruta de Phileas Fogg y Passepartout alrededor del mundo. ¿Qué medios de transporte crees que pudo utilizar para salvar cada etapa? Compruébalo leyendo el siguiente artículo:

Mapa del viaje
Desde Inglaterra hasta el centro oeste de Europa fue en barco de vapor. Después atravesó Europa de noroeste hasta sur en tren. Cruzó el Mar Mediterráneo en barco y atraveso África hasta el este. Después fue en barco hasta el este de asia y desde allí fue hacia América. Atravesó América en tren y cuando llegó al este cojió un globo aerostático y regreso a Londres.

jueves, 22 de enero de 2015

Actividad 2. Cuentos fantasticos.

Resume los siguientes cuentos fantasticos:
La muerte: A ellos le gustaban la casa ya que era antigua. Los hermanos eran muy diferentes el uno de otro y vivían como si nada pasara. Se organizaban muy bien para todo y no trabajaba, vivísan de sus tierras. Su día a día siempre era igual. Se encuentran amenazados por un murmullo y en vez de enfrentarse se repliegan cada vez mas hata quedar fuera.

La Soga: A Antonio López le gustaban los jeugos peligrosos: subir por la escalera de mano del tanque de agua, tirarse por el tragaluz del techo de la casa, encender papeles en la chimenea. Esos juegos los entretuvieron hasta que descubrió la soga como una serpiente  que con el juego acabó sin vida.

Ecuentro: El protagonista encuentra su día a día por apoderarse del derecho ajeno.  🐍🐽🐽🐽� f vd 

Actividad

En grupos, buscaréis posibles historias para estos temas, pero que sean diferentes de los ejemplos que ya habéis leído.
Elegid sólo un par de temas por grupo.
AMOR: 

EL AMOR.

Me llamó la atención él, por su forma de mirarla, como si no fuese una desconocida que veía por vez primera, pero así era. Él había subido en la misma estación que yo y estaba solo.
Recién en la siguiente parada, ella entró al autobús y no se percató de su presencia, pese a que se sentó junto a él. Después, sacó de la mochila un dossier de ilustraciones. Él, como ya dije, la miraba, como si evocase un centenar de momentos compartidos: el otoño en que la lluvia los llevó a refugiarse en el mismo lugar, la excusa para hablarle, un número de teléfono, los días de dudas, la timidez de él para invitarla a salir, los silencios de ella para retrasar la cita, el recital en el que coincidieron, el beso, los besos, las confesiones, los descubrimientos, cenas de dos, reuniones, compromisos, el compromiso, hijos y deseos de seguir soñando. ¿Y si únicamente le recordase a un antiguo amor? O quizá, sin aguzar tanto la memoria, ella era la silueta vacía de sus anhelos, de esa ilusión latente que lo mantuvo despierto, de un desenlace feliz que ya había vivido durante cada noche de insomnio.
Yo no tenía pensado tomar un autobús, ella tampoco. Afuera había dejado de llover. Le pregunté si las ilustraciones eran suyas.
MAGIA:

La Pastilla Rosa

Rafael despertó creyendo que, en ese instante, se había quedado dormido. Como en otras ocasiones, le entusiasmó la idea de ser consciente de que estaba soñando y sintió como si fuese un personaje de ficción de carne y hueso. Oyó el leve tic tac del reloj de mesa. Parecía haber abierto los ojos en un sábado de festejos, pero se concentró para convertirlo en domingo. Antes de preparar el café, fue al quiosco para comprar el periódico. Todas las noticias hablaban de un mundo en el que él no deseaba vivir. Supo que estaba despierto.

Motivado por esa experiencia, Rafael publicó La Pastilla Rosa; un “libro” de cuentos editado en formato periódico con el propósito de que el lector, al menos en un primer momento, leyese las historias cual si fueran sucesos de actualidad, introduciéndose así en un mundo ficticio, pegado a lo utópico, con la certeza de seguir respirando en esta realidad. Para evitarle distracciones, firmó con seudónimos las noticias, los artículos de opinión, los anuncios, cómics y todos los elementos que conformaron ese nuevo medio informativo... de una sola publicación:  el  número 777.

En una entrevista realizada en septiembre de 2012, Rafael hizo un reiterado hincapié en la importancia del formato, empleando distintas combinaciones de palabras para decir lo mismo: “Cuando uno lee un periódico, por más que la subjetividad rebose de las páginas, el suceso se asume como verídico. El pensar sobre lo que se está leyendo deja de ser un filosofar sobre supuestos y salta a un reflexionar sobre hechos concretos que afectan nuestro entorno, sea colectivo o individual”.

En esta insistencia sobre tal afirmación se basan los analistas para argumentar que la frase de Julio Verne (“Todo lo que un hombre pueda imaginar, otros podrán hacerlo realidad”), que empleó en el acertijo de la página 21, revela su verdadero anhelo. La prioridad de Rafael no fue crear una obra literaria peculiar, sino dar con el medio para sembrar futuras noticias. Estoy de acuerdo con ellos. En un correo electrónico que me envió hace nueve años, a inicios de 2010, cuando La Pastilla Rosa sólo era una idea con textos desordenados,  me habló sobre su motivación de fondo, detrás de las letras, delante de sus ganas: “al contrastar la información o al llegar a la sección literaria del periódico, donde se desvela que lo que se tiene en las manos es un libro de cuentos, el Lector que busco habrá saboreado ya una realidad más amplia. También es probable que, desde un primer momento, dude sobre la fiabilidad de las noticias, pero el dudar es suficiente para que él respire dentro de las historias durante un rato, lo suficiente, espero, para sembrarle un quiza si yo”.

Sus argumentos no me persuadieron. Confiaba en que la gente siguiera igual de indiferente. Sin embargo,  existen razones más convincentes, como  la curiosidad o la esperanza. Por eso me complació darle mis ahorros a Rafael para que publicase el “periódico” y dispusiera de un uniforme corporativo, con el que repartió 13 mil ejemplares por las calles de Madrid, voceando las noticias como se hacía en esos días en que la visión del futuro estaba mucho menos contaminada.

Actividad 3. Cuentos fantasticos.

El viento soplaba, era otoño, las hojas ya estaban amarillas y algunos árboles empezaban a quedarse calvos. Unos niños chapoteaban entre las hojas, un perrito levantaba su patita hacia un árbol.
Allí donde quedó mojado empezó a crecer un agujero que el perrito quizo oler, pero ésto no le bastó y entró para ver qué había ahí adentro. Se encontró con muchos otros de su especie, de todos los colores y tamaños, vinieron a darle la bienvenida amistosamente… pero el pequeñito no lograba reconocer los olores de sus congeneres, los pelos de su lomo empezaron a erizarse. Un enorme gran danés grís se le acercó para avisarle que no tenía nada que temer allí, todos cuantos vinieran estarían en paz, a cambio de ésto no podrían volver más a su vieja casa, allí era el reino de los perros, donde sólo hacían lo que más les gustaba, comían los bocados más ricos y nadie los maltrataba. Un galgo de melenas larguísimas vino a mirar qué pasaba también, el perrito estaba empezando a no entender nada de lo que ocurría.
¿Qué era aquello, por qué era todo tan distinto allí, era el paraíso, estaría muerto?, se preguntó. Los otros animales le confirmaron que nada de muerto, allí era la verdadera vida, la de los perros sin dueños ni esclavitudes ni ordenes de nadie. Todos sabían cómo era la vida allí, cómo habían de comportarse, cómo convivir. Allí él era su propio dueño.
El perrito creía que aquello no era para él, si nadie le mandaba y decía cómo debían ser las cosas, cómo sabría cuándo tenía que ir a su arbolito, cuándo comer, cuándo y cómo jugar… Otro perrito, de su tamaño más o menos, vino a explicarle que nada de aquello hacía falta en realidad, que él no necesitaba que nadie se lo dijera, sólo debía respetar para ser respetado a su vez, allí había suficiente de todo para todos…
Corrió, saltó, se tiró en el agua, después se revolcó en la arena, volvió a nadar.. estaba cansado y quería comer también, aquello era tan grande… Cuando iba a darle un bocado a ese….
Un grito infantil lo despertó, miró al niñito malhumoradamente lo acababa de despertar de un sueño muy placentero…
Por las dudas fue a oler otra vez su arbol.

Perrito corriendo ...

jueves, 15 de enero de 2015

Binta y la gran idea (cortometraje).

 ACTIVIDADES:

1.-¿Qué temas trata la película? La pobreza y la éducacQion.

2.-.¿A qué conclusión llega la niña protagonista? Que todo el mundo tiene derecho a educarse en un espiritu de amistad.

3.- ¿Por qué crees que es ella la que narra la historia? Porque es la mas pequeña, por lo tanto a la que le queda mucho por vivir.

4.- ¿Cuál es la solución que propone?Que juegue a los papas y mamas.

5.-¿Qué significa la metáfora de los pájaros? Que los pajarossiempre cojen lo mejor del norte  lo mejor del sur, es decir que siempre hay que cojer lo mejor de todo.

6.-¿Por qué hablan francés? ¿Cuáles son los países francófonos de África? ¿Qué otras lenguas europeas son oficiales en este continente? Haz un mapa con estas lenguas. Porque es un pais francofono. Congo, Ruanda, Senegal, Togo y Djibuti. El suahili, el hausa, el yoruba, el arabe, el laal, el shabo y el dahalo.



7.- Expresa tu opinión sobre este corto. Ahora que he visto el vídeo más tranquilamente lo entiendo; en clase me quede más difusa.
Me asombra como un país tan pobre puede ser feliz con tan poco, y nosotros que tenemos tantas cosas no llegamos a ese grado de felicidad, esta sociedad se basa en tener posesiones y ser el mejor; en cambio en el vídeo se ve que ahí se ayudan entre ellos y comparten sus bienes; ellos se basan en satisfacer las necesidades más primarias mientras que nosotros tenemos millones de necesidades que nos crea la sociedad y para lo único que sirven es para consumir y sentirnos mejor, pero no nos damos cuenta de que tenemos lo más importante (con lo más importante me refiero a salud, vivienda, comida, educación...) y que se puede vivir sin lo demás. Seguro que ese niño Tubab es muy feliz allí.
También me ha llamado mucho la atención la última escena de teatro, en la que la chica se revela contra su padre delante de todo el mundo y le pide ir a la escuela; de repente todo el mundo se levanta y empieza a criticar al padre diciéndole que ahora las niñas van a la escuela, que si quiere ser algo en el futuro hay que estudiar y formarse, etc...

Actividad 1. Cuentos fantasticos.

 LA SOGA

Actividad:

Vais a conversar en grupos sobre esta cuestión, y después de unos minutos daréis a conocer a vuestros compañeros vuestras conclusiones: ¿Por qué La soga es un cuento fantástico?
Releed la información que aparece arriba sobre qué es un cuento fantástico. 
Porque narra algo inexplicable aunque se basa en hechos de la realidad.